domingo, 13 de septiembre de 2009

El mundo actual

INFORME DE LA SECRETARIA GENERAL

DEL PCOE

 

 1 de Septiembre del 2009

 

 

 

I

 

Poco antes de que explosionara la crisis en EE.UU. los versados en economía de Alemania, la nación de mayor peso económico y político de Europa, pronosticaron que de cumplirse todas las previsiones, la crisis sería tan profunda y grave que después de ella el mundo ya no sería el mismo, ni EE.UU. podría hacer nunca más ostensión de poder ilimitado.

Los acontecimientos posteriores demuestran que también en EE.UU. por parte de sus pensadores y tecnócratas más significados, se había procedido en las postrimerías del mandato Bush, a un examen exhaustivo  de su propia situación en el mundo actual y a tenor de su resultado se mostraron muy preocupados por buscar una vía de solución a sus gravísimos problemas.

En EE.UU. los "cambios" nunca suceden por casualidad. La era Bush con todas sus consecuencias negativas, con contestaciones internas, con su perfil desgastado y con un irritante engreimiento que fomentaba el desden hacia este país en el universo político, pedía a gritos modificaciones radicales en las formas de hacer, que permitiera al fin una recuperación paulatina de su antiguo poderío y recobrar el crédito "moral" perdido.

El mundo que se encontró Obama en el momento de acceder a la Presidencia, era demasiado hostil a los intereses del Gran Imperio. Otros protagonistas históricos subían al escenario con la determinación de representar su nuevo papel de imperio reemplazante y otros se estaban situando estratégicamente en condiciones que desprendían incertidumbre para los intereses de EE.UU.

Previamente hay que destacar que el descenso de sus reservas energéticas alcanzaban los registros mas bajo de toda su historia, a lo que le acompañaba dándole jalones que lo precipitaba por minutos hacia la debacle, una moneda otrora incomparable, que cedía terreno ante el empuje de sus análogas imperialistas fundamentalmente ante el Euro. Adversidades todas que le conferían debilidades que nunca antes había tenido,  después de que los mejores augurios vaticinaban como así ha sucedido, la entrada en quiebra de alcance casi incontrolable de su poderoso sistema financiero.

Con todo en contra los círculos propagandísticos washingtoniano, los superexpertos en marketing, los politólogos, sociólogos y sectores del poder mediático estadounidenses sugerían, al menos, un cambio de imagen en la Casa Blanca que llevase consigo un discurso más moderado y democrático, además apoyado en medidas que persuadieran al resto de las naciones de que las nuevas maneras iban en serio, de lo contrario ese mundo hostil acabaría por opacar al imperio.

Pero ¿Cuál era ese mundo desfavorable al que el nuevo presidente debería hacer frente? La pérdida de terreno por causa de la crisis venía a saciar los apetitos de expansión de nuevas naciones como China y Rusia, que fueron cubriendo los huecos que durante la resaca iban produciendo las exportaciones norteamericanas de calado más incisivo en América Latina. Rusia y China se apresuraron a ubicarse estratégicamente en busca de rentabilidad política y naturalmente económica. Las necesidades de crecimiento y las pretensiones de expansión de China se verifican en la intención de construir la acería más grande del mundo en territorio brasileño, en su capacidad económica que le autoriza ofertar la compra de OPEL y por último en su apuesta por entrar en YPF, filial argentina de Repsol. No olvidemos que China está muy cerca de alcanzar el segundo puesto como potencia económica que por ahora se le atribuye a Japón.

Rusia por su parte estrecha relaciones con Venezuela y países del ALBA, en respuesta política a la instalación de 10 interceptores de misiles en Polonia así como de unidades de radar en la República Checa como parte de la ampliación del escudo de Misiles Antibalísticos norteamericano (ABM) cerca de Rusia.

Mientras esto ocurre, las contradicciones de una política cicatera y desproporcionada, siempre rastreando al olor de extraer beneficios maximizados, pasan gruesas facturas que resultan impagables para los imperios. Las deslocalizaciones políticas que favorecían el ejercicio de influencias en los países que pertenecieron al campo del socialismo, como las que se realizaron al amparo de la explotación más brutal del proletariado incipiente de los países subdesarrollados de África y Asia, añadidos a las inversiones codiciosas en países emergentes y finalmente la política de importación especulativa de productos de toda índole baratísimos, efectuada en detrimento de la propia industria, se llevaron a cabo por las multinacionales y por los Estados imperialistas tras la caída del campo del socialismo lo que ensoberbeció su ya crecida vanidad. En aquellos momentos de euforia y de esplendor tanto EE.UU. como Europa se conducían por la certeza de dominar la situación sin sacrificio ni riesgo alguno.

Con la irrupción de la crisis lo que parecía beneficioso comienza a generar serias dudas. Los países destinatarios de las políticas deslocalizadoras e inversionistas, debido a éstas contribuyen al Producto Bruto Mundial con más del 50% con los productos elaborados en sus territorios lo que también ha coadyuvado al desarrollo de sus fuerzas productivas, pero ahora con los recelos fundados en que por una prolongación excesiva de la crisis, los gobiernos títeres se vean desplazados en futuras elecciones por otros menos reverentes a los intereses imperialistas, poniendo en peligro la estrategia de los déspotas neocolonialistas.

Por otro lado, los costos económicos y las muertes que acarrean la permanencia militar en Irak y las guerras en otros lugares, el desprestigio que le ha reportado Guantánamo, los conflictos con IRAN y Corea del Norte, la proliferación de gobiernos antiimperialistas en Latinoamérica agrupados en entidades supranacionales de nuevo cuño que se enfrentan a los organismos económicos internacionales dominados y manejados especialmente por EE.UU. conforman en su conjunto junto con lo anterior ese mundo adverso al que antes aludíamos y al que se le agregaba el descontento interno que iba en crescendo. Al imperio no le quedaba más remedio que "modificar" sus tácticas que no su estrategia o fin, que continúa siendo el mismo, el de someter bajo su férula a la humanidad a veces en competencia y en ocasiones en unicidad  con los otros imperios, dependiendo de la ubicación de cada cual en el momento dado y de sus correlaciones de fuerzas.

El discurso de la nueva presidencia se basó en tres medidas rectificadoras ejemplares: la retirada de las tropas de Irak, el desalojo de Guantánamo y el firme propósito de que nunca más EE.UU. impondría sus dictados a ningún otro país, en neta referencia al respaldo a gobiernos dictadores y a su "afición" a promover dictaduras fascistas tal y como se desprende de la intervención de Obama en el último encuentro de la OEA.

El nuevo mandatario corrió deprisa detrás de los acontecimientos para amanerar gestos que avalasen sus buenos propósitos y procede a asegurar verbalmente la retirada gradual de sus tropas de Irak, del mismo modo que comenzaría a desalojar Guantánamo. Sus voceros introducidos en todos los países del mundo orquestaron una vasta campaña a favor de sus medidas democráticas, pues el mundo capitalista, pese a sus apariencias de suma potencialidad e indestructibilidad siente la necesidad vital de la existencia de un país líder y guía que dado su poderío esté por encima de la voraz competitividad en el mercado. La burguesía y su sistema de producción sin los imperios serían demasiados frágiles y por ahora al sustituto o a los sustitutos de EE.UU. les quedan aún trecho largo y amplio por recorrer. En plena crisis el capitalismo busca su razón de ser además de su seguridad militar frente a sus enemigos de clase. No es por pura coincidencia que el Papa en su última encíclica propugne "una autoridad política mundial que goce de un verdadero poder efectivo para garantizar el desarrollo de la justicia y los derechos humano".

Una vez iniciado, aunque tímidamente el camino que debería conducir a la puesta en práctica de las promesas realizadas por Obama no sin resistencia de militares e industriales, y como por arte de magia adviene el inesperado golpe de Estado en Honduras. Así pues, la tercera prueba que acreditaría el cambio del talante, se sucede ininterrumpidamente acompañando a las dos anteriores. El gabinete Obama "se opone" de inmediato el golpe. Sin embargo, la sombra de la sospecha es muy amplia y todo apunta a que EE.UU. conocía previamente que se iba a dar el golpe y consintió en ello, lo que quiere decir, que Obama miente y juega a las apariencias o que la Administración norteamericana camina por un lado y el consejo militar-industrial por otro, de todas formas el golpe posee connotaciones internacionales y constituye un aviso a las naciones que intentan construir una sociedad alejada de las influencias y dictados de EE.UU. y Europa.

¿Cuáles son los motivos que inducen a los usurpadores del poder a materializar el golpe? Para estos, el Presidente Zelaya actuaba bajo el influjo del paradigma "chavista". Primero  al elevar el salario mínimo de la clase obrera pese a la oposición de los empresarios. A la par, y sirviéndose del modelo venezolano, impulsó programas de educación y de salud contando con la ayuda solidaria de médicos cubanos. Por otro lado, era muy conocida su simpatía y sus deseos de integrar a su país en el ALBA. Y finalmente y como también sucediera en Venezuela, Bolivia y Ecuador concibió un proyecto de modificación de la Constitución para obtener una cobertura  legal mayor  con la que consolidar los avances graduales que había emprendido y los subsiguientes, como también abrir brecha social de contenido profundo.

Como cabía esperar la derecha más recalcitrante de Latinoamérica celebró abiertamente en Caracas el golpe de Estado, mientras que otro sector de la derecha tenida por moderada, bajo la excusa de la no injerencia como en el caso de Uribe en Bogotá, salvaguarda a los golpistas y consagra el golpe. En EE.UU. resulta contradictoria la posición de la prensa más "prestigiosa" con las primeras declaraciones de Obama. Así  The Washington Post y The Wall Street Journal rechazan el calificativo de golpe de Estado ofreciendo argumentos que se convierten en una justificación para los golpistas.

Otro margen para la sospecha es el que se deriva de la solución propuesta por la Casa Blanca, o sea la negociación entre el presidente depuesto y el intruso, que compara a ambos en los mismos términos y grados y le concede carta de legalidad al golpista. La terquedad de la evidencia nos proporciona decenas de datos fehacientes que implica a EE.UU. en el golpe, como es la cercanía de su base militar en Honduras, la resistencia de los militares estadounidenses destacados en aquel país a cumplir las primeras "órdenes" de Obama de suspender las actividades militares conjunta con los militares hondureños, etc.

El golpe de Estado en Honduras no puede examinarse superficialmente ajeno e independiente a una táctica elaborada, madurada y pulida desde el corazón de los imperios, pensada para frenar el avance de las fuerzas progresistas y populares en Latinoamérica, auspiciadas por la presencia de Cuba y Venezuela. La trama contempla la colaboración interdisciplinar de los países acólitos de EE.UU. y Europa, cuyo centro difusor propagandístico opera desde Venezuela, en donde la llamada "televisión gorila" conectada con la burguesía internacional ofrece la coartada argumental que disculpa el golpe y alimenta a los reaccionarios del continente, avivando las esperanzas de aniquilar el "populismo" que poco a poco les rodea. Sus razonamientos se destinan a culpar a Zelaya de provocar el golpe de Estado al promover un referendo y una asamblea constituyente desde fuera de la Constitución.

Más repetimos, el golpe forma parte de un programa de acciones y actitudes que tiende a debilitar, fraccionar y después atizar la pena capital a los integrantes del ALBA. En este contexto debemos anexionar diversos acontecimientos dados últimamente. Como la grave acusación de Alán Garcia a Evo Morales de injerencia en su país con la ocasión de la matanza de indígenas en la amazonía, ocultando en principio el verdadero motivo del crimen masivo y a la vez calificar de peligrosa la existencia de la Bolivia de Evo. Todos sabemos que la matanza de indígenas es como consecuencia de que el pueblo autóctono se opone a los planes del gobierno de entregar el territorio nacional donde ellos habitan a potencias extranjeras.

Desde hace 30 años los gobiernos peruanos vienen cediendo a las transnacionales de petróleo y gas el 70% del territorio amazónico que ha conllevado la miseria y la pobreza  por favorecer al capitalismo imperial, de lo que empresas de EE.UU. Francia, España y Holanda entre otros han salido beneficiadas, entre ellas la anglo-francesa Perenco, Repsol (España), la canadiense Petrolífera Petroleum Limited, Petrobras y Pluspetrol, Global Steel Holding, Emerald Energy, Maple Gas Corporation, Golden Oil Corporation, Jindad Steel y Power, Petro-Tech, y otras.

En el mismo sentido, debemos incluir la operación llevada a cabo por Europa de escindir, prácticamente, disolver la Comunidad Andina de la que ya se había separado Venezuela por desavenencia, actualmente formada por (Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia) a través de tratados comerciales impuestos por los imperialistas y que venían a establecer la liberalización generalizada de los servicios, las privatizaciones del agua y recursos naturales, la imposición de tribunales arbitrarios y la de los monopolios farmacéuticos, a lo que como grupo se opuso Bolivia, obteniendo los imperialistas la anuencia individual de los otros estados con determinadas prebendas.

El hecho sustancial consiste en debilitar al conjunto de los países con tendencia progresistas desde todos los flancos posibles.

En resumidas cuentas, Obama puede que represente al sector más progresista del imperialismo norteamericano y puede también, que convenga a aquél otro que persiste en una política reaccionaria y radical para ocultarse detrás de su "democrática" imagen, pero la realidad resalta sobre toda especulación y por encima de vanas esperanzas. Obama ha sido catapultado al liderato por poderosas empresas multinacionales y por bancos americanos muy influyentes con la misión de perpetuar el poder del imperio así lo demuestra el acuerdo adoptado con Colombia para la utilización por las fuerzas militares estadounidenses de siete bases militares en aquel país, que el gobierno colombiano lo justifica en "una preocupación legítima con la actividad de las (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) FARC en la frontera", y además para el control y vigilancia de las zonas que limitan con Ecuador y Venezuela.

 

 

 

 

II

 

En el continente americano de continuar la táctica de asedio se avecinan acontecimientos tormentosos. Los países que orbitan alrededor de los imperios se prestan a incordiar a las naciones que proclaman su derecho a conducirse por el camino de la independencia con el deseo de forjar su propio destino, detrás como siempre EE.UU. pero con fisuras inocultables que constituyen el centro de las miras de Rusia, China, Japón y de la propia Europa, agazapadas y dispuestas a extraer el máximo provecho de las repercusiones que pueda tener la crisis en Norteamérica y a beneficiarse de las diferencias entre dicho imperio y las naciones autónomas.

Sin embargo, la crisis ha puesto también al descubierto los puntos débiles del imperialismo europeo, su dependencia política y en gran medida económica con respecto de Norteamérica (cruce de inversiones y mercados) puede acarrearle graves problemas de difíciles soluciones, por ejemplo, el "paragua antibalístico" yanqui ubicado en su centro geográfico la emplaza a un enclave muy delicado en relación con Rusia y Corea del Norte. Tampoco le reporta muchos bienes andar a remolques de las decisiones militaristas unilaterales de EE.UU que como se demostró con la invasión en IRAK activa a la opinión pública continental enfrentándola a sus gobiernos respectivos, a la par que movilizó a millones de trabajadores.

A todo ello habrá que unirle que las instituciones supranacionales europea y su carta magna, en una palabra su comunidad económica y política, pese a las últimas incorporaciones están siendo cuestionadas por los pueblos, que plebiscito tras plebiscito manifiestan su indiferencia y desdén, cuya causa hay que buscarla  en la insatisfacción popular por sus gobiernos estatales, que siguiendo las directrices de los jerarcas continental además de minorar paulatinamente los derechos y libertades de las masas, producen corrupción a raudales síntomas de un sistema que pide a gritos su sustitución por otro más justo y acorde con la sociedad moderna. Es significativa la última encuesta llevada a cabo en Inglaterra en la que el pueblo inglés por amplia mayoría coincide en que un gran porcentaje de los políticos son corruptos.

Las circunstancias políticas y económicas de Europa ofrece el atractivo de que sus fuerzas productivas muy desarrolladas es sorprendida por la fragilidad del "Estado del bienestar social" incapaz de satisfacer las necesidades de los trabajadores que se ven afectados en gran proporción por los efectos más perniciosos de la crisis, como son el paro y la pérdida de su calidad de vida. Europa entera debate sobre la necesidad de establecer condiciones más duras para la obtención de subsidios de desempleo y propende al empeoramiento de las disposiciones legales para acceder a la jubilación.

Está claro que la contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las actividades inherentes a las relaciones de producción existentes, dan por cumplidas las teorías de Marx acerca de la revolución socialista, pero el movimiento comunista europeo (salvo excepciones gloriosas) no está en condiciones de dirigir a sus trabajadores a la colisión interclasista.

 

III

 

La integración de España en la UE y en la OTAN la hace tan vulnerable  a los vaivenes económicos como a sus socios de ambos organismos, pero con una salvedad que agranda la onda expansiva de cualquier estruendo crítico, como sucede en la actualidad. La economía española se ha basado casi exclusivamente en la construcción y en el turismo, es decir, no existía ninguna relación con la realidad del pueblo, por este motivo el consumo no indicaba la capacidad económica de los consumidores, sino que residía en la especulación económica basada en inmuebles sobrevalorados y en el endeudamiento estimulado por las tarjetas de créditos y por la hipotecas "fáciles" y puentes, que apresaban al hipotecado para toda la vida, por lo que el mantenimiento de la actividad productiva sobre estas "doctrinas", vislumbraba desde hace bastante tiempo la gran hecatombe. Los gobiernos y los burgueses poco podían hacer a pesar de las voces que se alzaban contra un tal tipo de economía que tenía sus días contados, pero el sistema capitalista es irracional y su inercia incontrolable.

Lo que prueba que el capitalismo está agotado, todas las fórmulas inventadas y reinventadas por los economistas resultan ineficaces y el sistema marcha a la deriva. El tiempo de gestación de la crisis y el de la crisis misma se caracteriza por la falta de claridad en las alternativas del gobierno y de la oposición. El gobierno actúa imprevisiblemente intentando tapar los agujeros que se abren a diario, la oposición fustiga al gobierno sin presentar sus opciones, porque en realidad no las tiene, salvo dar pasos hacia atrás y con su asedio al PSOE, solo busca el desgaste de éste.

Las consecuencias de la crisis son enormes. Ya se baraja la cifra de cinco millones de parados de aquí a un año. 300.000 comercios han cerrado sus puertas en lo que va de año. Solo en Cataluña hay más de 100.000 trabajadores que han agotado las prestaciones por desempleo… Mientras tanto todas las voces claman un pacto político y social para salir del atolladero, prueba inequívoca de la manifiesta incapacidad de los dirigentes actuales, debido a que el capitalismo apenas ofrece ya resquicio por donde penetrar un rayo de luz y todos quieren comprometer a todos en estos momentos cruciales.

También las reuniones fallidas entre gobierno, patronal y sindicatos ponen de manifiesto el agotamiento de las alternativas, todas ellas (las de la patronal) son arcaicas, superexplotadoras, que no sacarían al país del lugar en que se encuentra, naturalmente, al nivel capitalista. Gobierno y sindicatos acuden a las reuniones deseosos de llegar a un acuerdo, pero ¿a qué acuerdo? ¿Cuáles son sus propuestas? Conocemos las de la patronal, que lo quiere todo a la vista de la debilidad de sus adversarios, pero estos, no nos dicen nada de lo que pretenden conseguir. Está claro, los sindicatos no están por las luchas ¿para qué si no tienen objetivos? Lo único que desean es que exista un acuerdo con el que justificar su pasividad, su traición delante de los trabajadores. Pero la patronal que pide lo absoluto pone en peligro el futuro del PSOE. Esta es la razón de no llegar a un acuerdo, que los sindicalistas hubiesen firmado de conseguir un "mínimo" que presentar como triunfo. Ahora bien, la patronal al igual que el PP juega al desgaste mientras tanto espera conseguir sus frutos, pues no podemos olvidar que oficialmente tanto por nuestros gobernantes como por la instituciones económicas supranacionales, se asegura que la economía española es una de las más perjudicada de la crisis y se vaticina además que una vez comience a recuperarse, sus efectos no repercutirán en un descenso del desempleo, por el contrario, éste se verá incrementado a pesar de la recuperación durante un  periodo prolongado. Por consiguiente, la patronal y el PP juegan con el tiempo a su favor y con los nervios del gobierno.

España se ha convertido en un eslabón muy débil de la cadena imperialista, los dirigentes esperan un milagro, es decir, que la recuperación de otros países  lleve en volandas la recuperación también de la economía de nuestro país, las condiciones para el desencadenamiento de grandes luchas están dadas.

 

 

 

 

 

IV

 

            La actual crisis debido a su profundidad y a las consecuencias que origina, ha servido para desmentir afirmaciones que se habían extendido prácticamente por todo el mundo, como que los trabajadores no se movilizarán contra el capitalismo mientras tengan coche, casa, televisión etc. y aunque la historia de la lucha de clases ha dado ejemplos brillantes y oscuros que demuestran que no es verdad; sin embargo, ha calado en los ignorantes y en los traidores de la clase obrera, quienes pretenden siempre justificar sus impúdicas acciones imputándoles a los trabajadores una supuesta y consustancial apatía, que tácitamente es la culpable de sus males.

            Cuatro millones de parados golpeados por porcentajes ya alarmantes de precariedad económica doméstica, de embargos de pisos, de retiradas de coches, de enfermedades provocadas por su situación de desempleo, son datos que deberían hacer reflexionar al más retrógrado en su visión parcial de lo que sucede a su alrededor, con la voluntad de que rectifique sus posicionamientos. Después de sufrir tantos atropellos y de soportar tantas penalidades sin haber sido los causantes de la crisis, el comportamiento de los obreros evidencia que tales circunstancias no son suficientes para que se levanten contra el capitalismo.

            Más los ignorantes y los traidores miran hacia otro lado y como siempre resuelven sus contradicciones  por el camino más fácil, el de las conjeturas infundadas. Ahora prescinden de las citadas condiciones que tenían que darse para que los trabajadores se movilicen porque no encajan en el curso de los acontecimientos y con una sentencia tan simple como irracional se zafan de su responsabilidad, pues con solo decir que los trabajadores no quieren saber nada creen explicarlo todo.

            Cabe manifestar, que ambas respuestas no brotan indeliberadas en las cabezas de nuestros descerebrados. El pensamiento humano, no se produce espontáneo y dado que el pensamiento es el reflejo de la realidad objetiva en nuestro cerebro, es lógico que la interpretación fiel o aparente del mismo de esa realidad objetiva o condiciones dadas, se deba al grado de cultura política, económica e ideológica adquirida por el receptor, o lo que es lo mismo por su práctica revolucionaria. La burguesía conoce del mecanismo y lo emplea convenientemente para sus intereses. Tanto una como otra respuesta son las derivaciones analfabetas de la famosa consigna burguesa que inculca en las masas que la naturaleza inapelable de la especie humana es  la maldad generada y suministrada por los genes, como una especie de determinismo idealista. Pero mientras la burguesía procura darle un carácter científico a sus interesadas afirmaciones, los traidores e ignorantes pertenecientes a las clases trabajadoras utilizados de medios difusores de la ideología capitalista entre sus compañeros, se lo transmiten a estos de una manera torpe sin reparar en sus contradicciones.

¿Los trabajadores no quieren saber nada? ¿Es ello cierto? En absoluto. Si interpelamos al obrero más atrasado del mundo que se jacte de ser apolítico, veremos que no es verdad lo que se dice de su "ignorancia política" y por supuesto de su alejamiento de la política. Conoce todo cuanto la burguesía quiere que sepa del pasado, del presente y del futuro de la historia humana y a la hora de expresarse lo hace con un magisterio popular casi incontestable, con una seguridad en sí mismo que termina por apabullar al militante comunista más débil, este obrero se convierte también en transmisor de las ideas burguesas. El obrero nos dirá que en Rusia hubo un sistema cruel, que Stalin mató a millones de soviéticos, que en Cuba existe un dictador, que Chaves está desequilibrado, que los palestinos son terroristas, todo esto sin leer un solo libro y sin apenas tener tiempo de ver la televisión. Es decir, su cabeza abarca conocimientos de todo el universo político e ideológico, que a su manera relata con machacona reiteración y simpleza pero con probada firmeza, para que su adversario no le responda. Pero si conoce ese mundo distorsionado que dista de él miles de kilómetros y decenas de años, en cambio desconoce cuanto sucede a su alrededor en este momento, ni siquiera sabe del vecino que vive en el piso de enfrente al que le separa un descansillo. Puede que no tenga idea de que su familia malvive, de los parados de su barrio, de que en España hay comunistas encarcelados, pero como decimos sabe y lo utiliza de "defensa", todo cuanto le interesa y favorece a la burguesía. Por tanto, lo que los trabajadores no entienden o no saben, es lo que le afecta a los intereses de su clase. Lo primero corresponde enseñárselo a la burguesía y ella sabe cómo hacerlo, lo segundo debe ser obra de los comunistas y para esta labor nos constituimos en partido.

Porque ¿Acaso la burguesía tiene un don especial para convencer al obrero? ¿Por otra parte es tan idiota el obrero que se dejar engañar por el capitalista hasta el extremo de bendecir sus guerras y de portar las armas a propósito para amparar los intereses de sus amos etc.? Es cierto, el burgués posee los poderosos medios de comunicación para modelar la mente y se gasta millones de euros en la tarea de hacernos a su imagen y semejanza, pero con saber esto y repetirlo hasta la saciedad no vale, salvo para ocultar nuestra ineficacia o vaguedad. Además, la inmensa mayoría del pueblo no lee y son contadas y muy concreta la tipología de programas que habitualmente ven por televisión y escuchan en la radio.

Ergo sorpresivamente, la burguesía está presente en todos los lugares que frecuenta el trabajador a través de los traidores u oportunistas. Podemos decir que si la burguesía tiene los medios de comunicación, el partido tiene también otros medios más cercano al pueblo debido a que somos pueblo y convivimos todos los días y todas las horas con él, medios que de utilizarse y además adecuadamente, anularían a los del Estado y a los de los patronos por muy grandes y omnipotentes que sean, pero resulta que en estos lugares frecuentados por el pueblo, en vez de estar los comunistas, están presentes los voceros del capitalismo, mientras los comunistas nos lamentamos o no entretenemos en discutir sobre lo divino y lo humano entre nosotros mismos.

Los comunistas podemos gozar de la convivencia, a veces íntima con el pueblo, porque repetimos somos pueblo. Tenemos tribunas muy cercanas a los trabajadores dentro y fuera de  los centros de trabajo, asociaciones de vecinos, comunidades de vecinos, asociaciones deportivas, culturales,  asambleas fabriles, la octavilla, el periódico, charlas coloquio. Convivimos con él también, en el supermercado, en la piscina, en el autobús, o sea en todos los lugares. El burgués actúa como tal y ¿nosotros hacemos lo propio?

Los burgueses procurarán identificar al comunista como un ser deleznable delante de los trabajadores para  neutralizar cuanto pueda hacer y decir. Se inventan patrañas, le despide de los lugares de trabajo antes de que pueda manifestarse como comunista. El burgués teme a la asamblea de trabajadores, teme al sindicato, teme a la huelga, porque le da pavor que sean los comunistas los que dirijan a los trabajadores hasta esas situaciones a modo de auténticos comunistas, o que de dichas actividades surjan los comunistas.

Qué significa ser comunista. Sencillamente, ser militante, que quiere decir que se entronca con sus compañeros, vecinos, amigos, asociados, que descubre delante de ellos al quintacolumnista burgués sea quien sea. Y aquí está la clave de todo, sin luchar contra el oportunismo (el infiltrado burgués en las filas del pueblo) a vida o muerte jamás podremos llegar al pueblo, jamás venceremos a la burguesía. Esta consigna leninista cobra mayor actualidad tras el endurecimiento de la represión que se está llevando a cabo por la parte de la patronal.

Hay que tener presente siempre que en el momento mismo que descubrimos y atacamos al oportunista, en ese instante también desenmascaramos las mentiras del burgués y del Estado. Pero ¿cómo se combate al oportunismo?

 

El oportunismo suele actuar de las siguientes formas:

 

·         Delimitando la práctica del obrero al economismo, al convenio colectivo, a los tres euros. Armándose de una teoría bastarda y burda con la que justificar su conducta traicionera.

·         Ocultándole a los trabajadores y al pueblo cuanto sucede en el movimiento obrero y en el mundo político en general que le rodea para mantenerlos en la irrealidad.

·         Realizando una labor política de zapa bis a bis con los trabajadores, asociaciones vecinos etc.  difundiéndoles las patrañas burguesas sobre Cuba, Venezuela etc.

 

¿Cuáles son las consecuencias de la conducta de los oportunistas?:

 

·         Ensimisma al obrero en el convenio colectivo, por lo que las posibilidades de luchas son mínimas. Debido a que el Índice de la carestía de vida se establece convencionalmente como referente de los convenios colectivos, las diferencias entre la oferta del patrón y la demanda de los obreros son mínimas, resulta pues pernicioso a veces, ir a la huelga por un dinero ridículo que la misma huelga absorbe.

·         Al no existir conexión entre los centros de trabajo, cuanto ocurra en uno de ellos en vez de actuar de acicate y estímulo para los demás, se convierte en todo lo contrario, en un mal precedente, porque la defensa del despido de un compañero de otra empresa si no cuenta con la solidaridad de clase es una batalla perdida casi segura, infiriendo en el movimiento obrero psicología de impotencia a la vez que cubre al patrón del aura de la indestructibilidad.

 

Ante la situación dada, el partido comunista debe responder resueltamente, primero con  orgullo. No podemos permitir que la sinrazón triunfe sobre la verdad y para que no suceda, desde ya debemos ser conscientes, de que las prédicas que se basan en que la clase obrera no quiere saber nada porque no reacciona ante las arbitrariedades, es un argumento que nos favorece, dado que en el fondo apela a la espontaneidad, a la reacción impulsiva en su afán de negar al partido marxista-leninista; sin embargo, los trabajadores con su conducta reclaman la presencia de una dirección-guía aguerrida y preparada, esa es el Partido Comunista.

Los comunistas somos la antítesis de la burguesía y del oportunismo, con la ventaja de que conocemos la relación entre la psicología y la conciencia del obrero. Como tal antítesis obraremos en la dirección antagónica. Al economismo opondremos la ideología y la política, al individualismo la unidad de los centros de trabajo, al oscurantismo el protagonismo de los trabajadores.

Comenzaremos por decir que los trabajadores de un centro de trabajo no solo deberán conocer cuánto pasa en su gremio o en el movimiento obrero de su ciudad, sino en todo el movimiento obrero, deben conocer todo cuanto sucede en la ciudad y el campo, los crímenes ecológicos, los problemas de los pequeños campesinos que atañen a los precios de nuestro consumo, es decir, todo lo que está sucediendo en nuestro país, y lo que concierne a la clase obrera de los demás países, pues el mundo capitalista es uno solo, concatenado.

Si queremos que los trabajadores se enfrenten a la política del burgués y del oportunismo, el partido comunista tiene forzosamente que destruir el mundo que estos les han creado en la cabeza. ¿Cómo? Hablándoles de política, de la fuerza invencible que tendrían si estuvieran unidos. Utilizando todos los medios de que disponemos que no son pocos. El partido comunista es ante todo político, si no habla de política y de ideología traiciona sus principios y traiciona a los trabajadores. No se puede hacer una octavilla para explicarle a los trabajadores de un centro de trabajo cómo debe ser su convenio, mejor que ellos nadie lo puede saber. No escribiremos a los estudiantes sobre el Plan Bolonia, porque nos sorprenderán con sus conocimientos al respecto. Pero le hablaremos a los trabajadores de los estudiantes, de sus problemas, le contaremos a los estudiantes cuanto sucede en el movimiento obrero. Nuestra tarea es universalizar sus conocimientos, transmitirles todo cuanto sabemos. Si la clase obrera es la clase llamada a desempeñar el papel de dirección de la revolución y para lo cual tiene que procurar movilizar a su alrededor al pueblo en general, ha de tener por tanto amplios conocimientos de los problemas generales para aportar sus soluciones, de lo contrario, cada sector popular marchará por su lado como está sucediendo actualmente.

sábado, 30 de mayo de 2009

Respuesta al Foro Social de Sevilla

PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL

COMITÉ PROVINCIA DE SEVILLA

 

 

 

 

 

AL PLENO DEL FORO SOCIAL DE SEVILLA

 

 

            Hace pocos días ha llegado hasta nosotros el Acta de ese foro correspondiente al 3 de Abril, en la que se dice con respecto a nuestra organización lo siguiente:

 

            ACTA PLENARIO FORO SOCIAL DE SEVILLA 03.03.09.

Toma el acta: Juan Luís Rodríguez.

Modera: Tamara.

Antes de entrar en el Orden del día los compañeros/as realizan comentarios recordatorios sobre la compañera recientemente fallecida María Luisa Alberro.

José María expone el Orden del día.

Comentarios sobre la manifestación del pasado 28 de febrero.

José María habla sobre los asistentes a la misma por parte del FSS (Tamara, Federico, Juan Luís y él mismo). Se llevó la pancarta del FSS. Se comenta la baja asistencia a la misma (a nivel general). Los compañeros/as llegaron a las inmediaciones del Parlamento andaluz. Confluyeron allí varios grupos (incluidos reivindicación Boliden). José María comenta incidente de carga policial por individuo que se echó en el coche de Chaves.

Tamara comenta mala impresión que le causó el hecho de que la manifestación (convocada por PCOE no se acercara a los compañeros de Boliden.

Juan Luís suma su opinión a esa mala impresión.

Hay más o menos consenso en la opinión de que deberíamos habernos sumado directamente al grupo de Boliden.

Jesús solicita que conste en acta esta mala y falsa "convocatoria unitaria" que tuvo tan mal resultado.

 

            Como comprenderéis compañeros, nos hemos quedado desagradablemente sorprendido, dado el respeto que siempre hemos mantenido hacia esa organización, pero nunca habíamos visto vertidas tantas mentiras en tan corto espacio. ¿Por qué? ¿Qué es lo que os induce a informar tendenciosamente sobre algo que desconocéis.

            No sabemos quienes sois, pero desde ahora podemos estar seguros de que conocemos de vuestra catadura política y honestidad humana. Porque se puede criticar la manifestación y al PCOE que estuvo presente,  en  el plano político, lo que no es de recibo son los supuestos en los que os afirmáis sin base que los sustenten. Entendemos pues que todo lo que os anima en relación con nosotros es el vituperio y el zaherir a trabajadores, que luchan como vosotros día y noche por conseguir un mundo mejor. Aún no entendemos las razones. No obstante vuestra actitud es gravemente incoherente y maliciosa, por lo que os pedimos una rectificación en toda regla, o nosotros nos encargamos de sacar a la opinión pública nuestros argumentos en aras de que prevalezca la verdad.

            Dice el acta: Tamara comenta mala impresión que le causó el hecho de que la manifestación (convocada por PCOE no se acercara a los compañeros de Boliden.

            De donde extraéis vosotros que el PCOE convocó la manifestación. Esta fue convocada por una asamblea de la ACDT (Asamblea de Comités, delegados y trabajadores) El PCOE solicitó posteriormente por escrito a la comisión de dicha Asamblea la posibilidad de ayudar con propaganda y si era posible contribuir en el sufrago de cartel constando como apoyo. No obstante, le hacíamos saber que si la comisión no veía bien nuestro nombre en el cartel, que contaran de igual forma para el reparto de octavillas y pegadas de carteles. Pero nunca, pedimos como convocante y en el cartel se puede ver, pues los compañeros aceptaron nuestra ayuda

            Por otro lado y en lo que se refiere a que la manifestación no se acercó a Boliden, da a entender que los manifestantes dirigidos por el PCOE no quisieron solidarizarse con los compañero de Boliden. Una nueva y grosera mentira.

            Días antes de la manifestación varios compañeros de la ACDT se presentaron en el lugar donde estaban los trabajadores de Boliden hablaron con su "representante" le entregó una carta de solidaridad en la que se le pedçia a los trabajadores si lo veían conveniente que se unieran a la manifestación del día 28 que se celebraría cerca de aquel lugar. No se tiene constancia de que dicha carta fuese leída a todos los trabajadores de Boliden, lo cierto que nuestros compañeros no obtuvieron ninguna contestación en ese sentido.

            Los compañeros de Boliden no estuvieron en la manifestación, están en su derecho, pero aquí ocurre algo muy interesante, vosotros os habíais marchado de la manifestación antes de que llegase al final. Por tanto no visteis que la policía hizo un cordón para que no llegásemos hasta los trabajadores de Boliden, aún así, os podemos asegurar que estuvimos con los trabajadores de Boliden y los que éramos del PCOE GUARDAMOS NUESTRAS BANDERAS, para que no se nos tachara de oportunistas.

            También se dice en el acta: Jesús solicita que conste en acta esta mala y falsa "convocatoria unitaria" que tuvo tan mal resultado

            Aunque queda demostrado anteriormente que la convocatoria no fue antiunitaria, es preciso advertir que aquí no se daña al PCOE, sino a los trabajadores de las empresas convocantes y ante ellos deberías rectificar. Podéis preguntar en cada empresa.

            No obstante, el PCOE ha dado muestras sobradas de unidad, pues se ha reunido con organizaciones que se suponen tienen militantes en el movimiento obrero sevillano y le ha tendido la mano para que los militantes de uno y otro actúen conjuntamente en la ACDT. No ha dado resultado pero lo hemos intentado en dos ocasiones.

            En cuanto al resultado, en que os basáis para decir que fue tan malo, ¿en el número?  ¿En las consignas?.... Aquí es cuestión de gusto y al parecer vosotros lo tenéis un poco atrofiado por vuestros prejuicios. Si hubieseis concretado tal vez mereciera también su oportuna refutación.

            Compañero creemos que vuestro comportamiento no es digno de un foro que pretende aglutinar a todos.

 

PLENO DEL COMITÉ PROVINCIAL DE SEVILLA DEL PCOE

 

 

domingo, 26 de abril de 2009

LOS NUEVOS CAMBIOS ECONÓMICOS NOS OBLIGAN A ESTAR ALERTA

Han pasado varios meses y todo lo más que escuchamos en relación con la crisis es que no acabará hasta finales del año 2011.

Un partido revolucionario está obligado a seguir muy de cerca continuamente los cambios que se operan en la sociedad capitalista, con el fin de evitar el anquilosamiento.

Sin el conocimiento exacto de la composición de las fuerzas productivas de nuestro país, sin estar al día de las fluctuaciones que se operan en el interior de la clase obrera, estamos condenados al fracaso, a usar viejos análisis superados ya y no menos envejecidas tácticas, una vez que la presente crisis haya tocado a su fin y ante nosotros se yerga una nueva fisonomía de las  actuales estructuras económicas, inevitablemente enlazada a la economía mundial contemporánea.

La nueva semblanza de la economía productiva incide en el movimiento obrero en sus correlaciones de fuerza en el ámbito sindical, por la pérdida de comités de una u otra tendencia; también, ofrecerá incidencias ideológicas porque surgirán nuevas tendencias revisionistas al calor del trasvase de individuos pertenecientes a la pequeña burguesía arruinada a las filas del proletariado, dependiendo del sector económico de donde proceda las nuevas inclusiones, etc. etc.

 

 

                  ***

 Nuestro país  se caracteriza por la presencia en la economía de una flota muy importante de pequeñas empresas y aunque el sistema reproduzca constantemente a las pequeñas burguesías, hasta ahora un volumen considerable de ellas brinda la particularidad de estar adosadas directa o indirectamente a las multinacionales, monopolios y a las grandes empresas nacionales. Al entrar en crisis determinados  sectores industriales, cantidades ingentes de  pequeñas empresas desaparecerán sin posibilidad alguna de reconstruirse.

Aún es pronto para vaticinar los cambios que desde que comenzó la crisis están generándose desde las entrañas del sistema, solo tenemos indicios de movimientos susceptibles de variar y muy profundamente. Algunas ramas de producción se debilitarán de manera notable y otras tocarán techo, no ascenderán más, aunque se mantendrán en un buen nivel, mientras que la propia crisis alumbrará otras empresas de los ramos más vigorosos y menos implicados en la depresión que se desarrollarán más rápidamente.

 

 

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Aprovechando que la crisis afecta financieramente en mayor medida a los países desarrollados se observan movimientos de naciones hasta ahora menos incisivas hacia lugares que se van a ver desguarnecidos por sus antiguos “colonizadores”. America Latina tendrá gravísimos problemas para exportar sus productos ante la bajada espectacular del consumo en estos países y también encontrará trabas en la importación hasta que los efectos de la crisis no hayan desaparecidos del todo en los países vendedores.

En este sentido Rusia, China e Irán comienzan, recomienzan e intensifican sus relaciones con América Latina, con miras a responder no solo a sus necesidades económicas, también a posicionamientos políticos.

Las relaciones entre Rusia y los países caribeños avaladas por el comercio energético entre otros, le permite obtener permiso para que su armada realice ejercicios militares cerca del corazón imperialista en respuesta a la instalación por parte de EE.UU. de  un escudo antimisiles en Polonia y la República Checa.

Por su parte Irán ha iniciado su penetración, aún en proporciones modestas (Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua) con lo que también tiene la intención de “captar” aliados diplomáticos que les reconozcan su “potencial” regional, a la vez que por esta vía pretende romper el aislamiento internacional, producto de la agresiva política yanqui contra su programa nuclear

China que contaba con una presencia económica importante ha multiplicado sus relaciones comerciales hasta alcanzar los 150.000 millones de dólares en 2008 cuando en el año 2000 apenas alcanzaba los 12.000 millones de dólares. Lo importante para China es que junto a África, América Latina le satisface su insaciable apetito de materias primas (petróleo, cobre, hierro, soja...) a la vez que encuentra un mercado a propósito a sus mercancías baratas. Políticamente China pretende adquirir apoyos diplomáticos para el aislamiento internacional de Taiwán, lo que constituye su principal objetivo.

 

 

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También podemos notar que algunos sectores son especialmente afectados por la crisis, como el inmobiliario, hipotecario, construcción, tecnología de la información y turismo, mientras que los sectores sanitarios, energéticos, la agricultura, el comercio y algunos servicios, son los que sufren menor incidencia o ninguna.

Como corolario de las previsiones sobre su duración nadie se atreve a pronosticar cuales son realmente los sectores económicos que permanecerán incólumes y con fuerzas de impulsos y qué otros nuevos pueden aparecer con suficiente ímpetu y confianza. De ahí que la banca retraiga sus inversiones hasta no estar segura de adónde debe hacerlo y a partir de ahí planificar la sociedad postcrisis.

La Banca siendo como es la principal causante y asimismo la más afectada por la crisis, se está fortaleciendo con las subvenciones estatales y con fusiones que le posiciona de nuevo en el eje de la economía mundial.

 

 

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En estos momentos de transición tímidamente iniciada la posición del Partido es estar a la expectativa, seguir de cerca los acontecimientos e investigar sobre las mutaciones que se vayan operando que tendrán su reflejo político e ideológico. Nuevas tendencias apologéticas del capitalismo sobre su pretendida capacidad para renovarse ante la ausencia de la lucha de clases (incidirán mas todavía en que ya no existen clases sociales) vendrán a substituir las antiguas, enterradas por la crisis.

Y tenemos que estar muy atentos a todo lo que suceda, porque tendrán también una enorme repercusión en el movimiento obrero, en el comportamiento de la patronal y de los gobiernos capitalistas. Muchos de los fenómenos sociales arraigados en el pasado quedarán obsoletos.

 

                                    Comisión Ideológica


 

En qué momentos vivimos

      En momentos graves la burguesía sitúa la lucha de clases en un estadio superior. Los periodos de crisis son uno de estos momentos.

      En este contexto específico la burguesía lo quiere todo, lo pide todo, impone todo, sin llegar a ruborizarse, la cobertura es perfecta, la crisis.

       Tanto el gobierno como las clases capitalistas en general, se preparan debidamente para estos casos y llegados saben como utilizar toda su artillería para disparar al unísono.

        Sindicatos, partidos parlamentarios todo lo que en época de “bonanza” constituye la salvaguarda constitucional e institucional del sistema, están perfectamente adiestrados para ejercer con total eficacia el papel que les corresponde, para el que han sido adoctrinados y recompensados.

         No es extraño que la izquierda y la derecha  parlamentaria así como las centrales sindicales mayoritarias, salgan a la calle con el mismo lema ¡ACABAR CON LA CRISIS! que es lo mismo que pedir que todo continúe tal como está.

           Pero sí  resulta extraño que gran parte de la izquierda extraparlamentaria, también coincida con el mismo slogan. Examinemos pues las distintas proclamas que se han utilizado durante estos meses para concienciar  al pueblo de la realidad existente:

     ¡Su crisis que la paguen ellos! ¡La crisis que no la paguen los trabajadores! ¡Frente a la crisis, Movilízate en defensa del empleo! ¡La crisis capitalista que la paguen los ricos!

       ¿Quién es capaz de advertir la diferencia que existe entre estas consignas de la izquierda mas relumbrona y radical y la que sirvió para que el PP convocara la manifestación contra el despido en Málaga? Nadie, porque no se dan tales diferencias propagandísticas, aunque por supuesto,  la intencionalidad debe ser distinta.

      Pero lo que se transmite al pueblo es que acabando con la crisis se terminan sus problemas y salen perdiendo los ricos. Ahí es donde radica el engaño. Una mentira espectacular para unos instantes también espectaculares.

     La crisis no es la causante de los males de los obreros, del pueblo, aunque los agrava. La crisis y esto es lo importante, nos descubre toda la mezquindad del sistema: el carácter reaccionario del capitalismo;  la verdadera naturaleza burguesa de las instituciones, de modo particular el gobierno, el egoísmo insaciable de la patronal, etc.  En la crisis los atropellos clasistas contra los trabajadores no tienen freno. Pero, todo cuanto ahora sucede tiene lugar también, aunque, a veces con menos intensidad durante los tiempos de “bonanza”. Por tanto acabar con la crisis no significa nunca terminar con los problemas de los trabajadores.

      Y es este el momento en que mejor se puede denunciar el sistema, porque si de la crisis deviene impunidad para las fuerzas de derecha y sus adlátere, es también la maravillosa y gran tribuna pública que espera el revolucionario, el  comunista extraparlamentario, para denunciar al sistema y a sus apologistas, a los traidores etc. Y si no ¿Para cuando?

       La crisis además nos exige estar constantemente a flor del combate ofreciéndonos argumentos y excusas inapelables, por decirlo de alguna manera. La crisis concede al comunista y al obrero la mayor fuerza moral para propugnar cambios revolucionarios y les permite desarrollar sus organizaciones con mayor amplitud y celeridad. Este es el momento que vivimos.

 

 

domingo, 5 de abril de 2009

Lenin y los principios organizativos del partido

Hace ya 105 años apareció el libro de Lenin “Un paso adelante, dos pasos atrás”, obra que ha contribuido muchísimo al desarrollo de la doctrina marxista sobre el partido y hasta hoy ocupa su lugar en los escritorios de quienes seriamente se dedican al estudio del pensamiento marxista.

¿Qué incitó a Lenin a escribir esta obra?. Para comprender las razones, antes hay que evocar el II Congreso del Partido Socialdemócrata de Rusia (POSDR), celebrado en julio y agosto de 1903, en el que numerosas organizaciones marxistas revolucionarias de Rusia culminaron su unificación y formaron un partido proletario de nuevo tipo con Programa y Estatutos propios. Además, en el Congreso los socialdemócratas se dividieron en dos corrientes: una conformada por los partidarios de Lenin y llamada “bolchevique” (del ruso “bolchinstvó” que significa mayoría) por haber obtenido el mayor número de votos en las elecciones a los órganos dirigentes del partido, y otra denominada menchevique (del ruso “menchinstvo” que quiere decir minoría), adversaria de la primera y dirigida por Martóv.

Cabe señalar que más tarde los bolcheviques trataron de lograr de nuevo la unidad basándose en el Programa y los Estatutos que aprobó el Congreso, mientras los mencheviques, no queriendo resignarse con la derrota sufrida en el Congreso, profundizaron la escisión,. Como resultado en el partido se presentó una grave crisis que debía ser diagnosticada y dada una salida, tarea que cumplió Lenin en su libro Un paso adelante, dos pasos atrás.

Lenin investigó pormenorizadamente las causas de la división y llegó a la conclusíon de que ésta se debía a un desacuerdo en torno a la naturaleza del partido, desacuerdo sobre cuestión tan principal que se puso de manifiesto con particular relieve cuando se discutía el primer párrafo de los Estatutos sobre el carácter de miembro del partido. Lenin se pronunció por una organización cohesionada y disciplinada que tuviera como objetivo realizar la revolución social y con este planteamiento cortó el camino a los elementos vacilantes y oportunistas que pretendían infiltrarse en el partido.

Mártov con su fórmula en la que no consideraba la militancia en una de las organizaciones del partido como condición obligatoria, reflejó el afán que tenían los mencheviques de “convertir a todos y a cada cual” en afiliados al partido, lo que en resumidas cuentas significaría la creación de una organización amorfa incapaz de encabezar al proletariado en los combates revolucionarios.

Lenin formuló así su primer párrafo: “Es miembro del partido todo el que reconoce sus Programa y Estatutos y apoya al partido tanto con recursos materiales como con militancia en una de las organizaciones del Partido”.

Según la definición de Martov “es miembro del partido todo el que aprueba el Programa del mismo, lo apoya materialmente y le presta regular concurso personal bajo la dirección de una de sus organizaciones”.

Lenin calificó de “oportunismo en las cuestiones orgánicas” la posición de los mencheviques que pedía abrir las puertas del partido a los individuos pequeñoburgueses inestables; negaba el papel que el partido desempeña como destacamento avanzado y organizado de la clase obrera; rechazaba la rigurosa disciplina y tenía una actitud hostil hacia el centralismo. Hablando claramente, los mencheviques se opusieron abiertamente al partido de combate que crearon y consolidaron los bolcheviques y que se diferenciaba radicalmente de los partidos socialdemócratas reformistas de la II Internacional.

Lenin desarrolló la doctrina marxista sobre el partido como guía político del proletariado, y elaboró los principios orgánicos del partido de nuevo tipo, sin el cual la clase obrera es incapaz de llevar a cabo conscientemente la lucha de clases. Los mencheviques subestimaron el papel del proletariado al afirmar, como pretexto, que éste no había sido preparado para ser organizado. Lenin demostró que “la vida entera del proletariado educa a éste para la organización” y que “el proletariado no teme la organización ni la disciplina”.

¿Cuál es el quid de los principios orgánicos leninistas?. Según Lenin, el partido marxista es el destacamento de avanzada y el más organizado de la clase obrera; el partido no debe temer como estructura los principios del centralismo democrático; para poder ser fuerte y cohesionado el partido es inconcebible sin una disciplina rigurosa y única para todos sus afiliados; el partido debe velar constantemente por la democracia en su seno, por impulsar la crítica y autocrítica, por depurar sus filas y estrechar los vínculos con las masas.

El centralismo democrático es el más importante de los principios mencionados y presupone lo siguiente:

Primero, el partido tiene Programa y Estatutos únicos y un órgano dirigente plenipotenciario, el Congreso del partido; entre congresos este papel dirigente lo desempeña el Comité Central;

Segundo, en el partido existe una disciplina única e igualmente obligatoria para todos los militantes. La minoría debe estar subordinada a la mayoría, las organizaciones locales al centro y las instancias inferiores a las superiores;

Tercero, las decisiones aprobadas por los organismos superiores son de obligatorio cumplimiento para los órganos inferiores;

Cuarto, los organismos dirigentes del partido a cualquier nivel se conformaran por elección y son removibles y periódicamente deben rendir cuenta de su labor ante sus respectivas organizaciones del partido y ante los órganos superiores.

Lenin en reiteradas ocasiones señaló que el centralismo democrático no es un objetivo en sí, sino un medio para conseguir determinados fines políticos y que el centralismo no se opone, ni mucho menos, a la democracia en el seno del partido. El centralismo y la democracia son partes inseparables de un todo único.

El leimotiv de la obra es el siguiente pensamiento de Lenin: “ El proletariado no dispone, en su lucha por el poder, de más arma que la organización… El proletariado,…puede hacerse y se hará inevitablemente una fuerza invencible siempre y cuando que su unión ideológica por medio de los principios del marxismo se afiance mediante la unidad material de la organización, que cohesiona a los millones de trabajadores en el ejército de la clase obrera. Ante este ejército no se sostendrán ni el poder decrépito de la autocracia rusa ni el poder caducante del capitalismo internacional”.

La práctica ha corroborado totalmente las deducciones de principio que sacó Lenin y lo justo que fue su apreciación sobre el menchevismo, pues el oportunismo menchevique en cuestiones de organización fue más tarde complementado con el oportunismo menchevique en relación con la táctica; y después del triunfo de la Revolución Socialista de Octubre éstos llegaron hasta la traición al movimiento revolucionario del proletariado ruso.

Los partidos comunistas del mundo basan su actividad en los principios leninistas de organización del partido, que permiten a las organizaciones genuinamente revolucionarias convertirse en arma segura del proletariado que lucha por el poder político. Un partido, utilizando hábilmente las distintas formas de lucha, tanto legales como ilegales (si está en la clandestinidad), forma poco a poco un gran ejército, un ejército capaz de conducir a la clase obrera  y a todos los trabajadores a la victoria, tal como lo ha demostrado la experiencia de los bolcheviques rusos.

 

domingo, 15 de febrero de 2009

El oportunismo acecha

La fase de preparación y la celebración misma de la IIIª Asamblea de Comités, Delegados y Trabajadores de Sevilla (ACDT), que tuvo lugar el pasado día 7 de febrero, ha permitido ya conocer de cerca y colocado en primera línea de combate contra el movimiento obrero, al oportunismo en sus más variadas vertientes ideológicas, manifestando descaradamente  sin pudor alguno su gran pericia en el oficio de la intriga para hacer fracasar a la ACDT.

 

                Al socaire de la propaganda organizada sistemática y pertinaz contra la presunta indolencia de la clase obrera ante sus problemas sociopolíticos, hemos constatados en la práctica diaria, que son aquellos que la corean los que mas trabas ponen para unir a los trabajadores. Son aquellos que por sus nombres tendrían que dar calor a la ACDT, sin embargo, son los que sin escrúpulos más tratan de interferir su desarrollo. La clase obrera no está dormida, la clase obrera no está exangüe, tiene vitalidad y necesidad, pero le falta la organización que le descubra cuántos enemigos disfrazados tiene a su alrededor sumiéndola en el engaño y en la división interesada.

 

                Nuestro partido se halla en la obligación de señalar a todos los elementos distorsionantes que camuflados en la ACDT, o desde fuera de ella actúan de quintacolumnista de la manera más impúdica, que mimetizados pasan por amigos pero en la práctica colocan la zancadilla, procuran  sembrando la discordia interna enfrentar entre sí a los miembros de la ACDT, cuando no son infiltrados, que les importan poco los objetivos de la asamblea y se dedican destemplados a boicotear y a trabajar para otra organización y a aquellos otros que afectados por un obtuso sectarismo carecen de argumentos justificables, pero se atreven, no obstante, a realizar campañas contra la inclusión en la ACDT de los comités de su entorno.

 

                Sin enfrentarse abiertamente a todos estos enemigos, la ACDT tiene menos posibilidades de salir adelante. No es bastante razón tener una política justa, si no se es sagaz y a la vez inflexible ante las adversidades, ante los embates sutiles y groseros que parten del oportunismo. Menospreciar la capacidad del oportunismo sea de derecha o de izquierda para hacer daño, significa no comprender que en la lucha de clases, detrás de las traiciones  se oculta  la ideología y las estratagemas burguesas concebidas para frenar y hacer añico el movimiento obrero y revolucionario. El oportunismo hace dos siglos que se pasó al campo burgués con todo su bagaje de saña y perfidia antiobrera. El oportunismo de ayer y de hoy se correlaciona, son lo mismo en esencia.

 

                El oportunismo no es un fenómeno eventual, menos aún de carácter individual, obedece a una desviación ideológica entrañada en  condiciones socioeconómicas dadas, que la burguesía avienta y da calor. Por ejemplo, varios grupos trotskistas han hecho su aparición de una u otra forma en este proceso. Poseen diferencias entre sí, constituyen pandillas “independientes”, pero casi todas tienen un denominador común, haber sido paridas por la burguesía.

 

                Después de la caída de la URSS, el trotskismo prácticamente desaparecido, toma nuevos y  sospechosos bríos. El gran capital había apostado por cubrir la historia de la URSS de fango y de ignominia, al objeto de impedir que se lleve a cabo un análisis objetivo de su existencia que proporcione experiencias transportables al movimiento obrero actual. La mejor forma de desacreditar al partido Leninista es imputarle todo tipo de delito incluidos crímenes masivos, con el empeño de que la clase obrera mundial achaque a dichas aberraciones la inviabilidad del socialismo en la Europa del Este, en especial en la URSS. El viejo sueño burgués de inculcar que la humanidad es perversa por naturaleza cobra aparente sentido, con ello los trabajadores quedarían inmovilizados, para qué luchar, para qué arriesgarse si al final todo vuelve al principio. Y Stalin después de 40 años muerto cobra negra actualidad como ser cruel y sanguinario. La burguesía no encuentra mejor aliado desde dentro del movimiento comunista que el trotskismo, enemigo irreconciliable del stalinismo.

 

                Pero el Trotskismo, no es un sistema filosófico, económico y político acabado, de ahí que su sustento, su casi único alimento sea su aversión al Stalin criminal, porque hasta la presente el trotskismo no solo no ha llevado a ningún pueblo del mundo a la revolución socialista, sino que en todos los lugares de este planeta donde logra crear varios grupitos inconciliables entre sí ocupa un lugar segundón, ni siquiera eso, practicando el fraccionamiento en las filas de la clase obrera.

 

                Su amparo ideológico es exclusivamente oponerse a todo cuanto ellos deducen que es stalinismo para evitar a la humanidad, a la clase obrera de nuevos crímenes. No tienen tácticas, carecen de objetivos, repetimos, solo se alimentan de las luchas contra el demonio stalinista. Tal es su ideología y tal es su comportamiento insidioso. Lamentablemente IA estaba allí en la IIIª Asamblea, sin manifestarse a favor ni en contra de cuanto allí se discutió y se decidió, solo esperaba que la asamblea acabase y en la dispersión divulgar boca a boca, que los que dirigen ACDT son estalinistas. Nada le importaba la unidad de los trabajadores, ninguna alternativa salió de su verbo, solo esperaba la ocasión para cizañar y enfrentar a los asambleistas por medio de la socarrona conducta del traidor.

 

                Corriente Roja y la facción El Militante, ambas trotskistas no detentan ninguna peculiaridad que la distinga de sus otros grupos homónimos, el oscurantismo es su seña de identidad, es decir, la adquisición de compromisos que luego no cumplen desdeñando la unidad de los trabajadores. Mientras los primeros (Presidente del Comité de Mac Puarsa, por ejemplo) en presencia de los compañeros de la Asamblea  se compromete a trabajar con la ACDT,  para después manifestar en otros ambientes que se muestra contrario e intenta que sus compañeros de Comité no conozca la existencia de la Asamblea, los segundos, llamados El Militante, que se arrogan la representatividad de los estudiantes, nos comunica que como por ahora la ACDT no es una entidad reconocida no participará. Es evidente, como se deduce de las conversaciones con ellos que cada uno quiere conservar su pequeñísima parcela, piensan que unirse a la asamblea es morir por su parte. Mayor egoísmo y oportunismo imposible

 

                La actuación de la militancia del PCA (JCA) merece especial tratamiento. El cinismo descuella entre las actitudes y aptitudes propias del oportunismo de derecha. El PCA respira reformismo por todos sus poros, no puede desprenderse de él, sus análisis presuntamente cambiantes, están ceñidos por el fracaso o por el éxito en las elecciones burguesas. Su estructura orgánica está diseñada exclusivamente para dar respuesta electoral y nada más.  Sumándose a la máxima burguesa, para el PCA todo es válido si detrás existe un posible votante.

 

                Los malos resultados de IU en las pasadas elecciones, produjo un “inesperado” y engañoso análisis dentro del PCA y solo los incautos podían ver el inicio de una transformación radical de la organización. La causa de los malos resultados consistía según sus informes en haberse ensimismado institucionalmente dando un tanto de lado al movimiento obrero y popular. Análisis que pretende tomar fuerza con la abjuración pomposa de la Constitución. El PCA, se eximía de toda responsabilidad en los efectos perniciosos que produce la Constitución, porque los gobiernos no han cumplido con aquellas partes que son positivas para el pueblo, por consiguiente, ellos ya “no aceptan” la Constitución.

 

                ¿Realmente es éste un análisis marxista en el problema de la Constitución? No, no lo es, y como no podía ser de otra forma, el método de examen que utilizan es absolutamente antimarxista. Como siempre el PCA trata de inculpar a los demás de la comisión de sus propios delitos. ¡La Constitución es buena, por eso pidieron el voto afirmativo en el referéndum de su sanción, pero los demás no la han cumplido! ¿Es buena la Constitución? ¿No se ha cumplido la Constitución?

 

                Cualquier principiante en el marxismo conoce la relación entre estructuras económicas y las superestructuras jurídicas y políticas. Una realidad práctica que ningún papel escrito puede transfigurar. La Constitución contempla como esencia sobre la que se asienta todo su articulado, la sacralización de la “economía de mercado”, es decir, el capitalismo (art. 38). Apostilla de modo inmediato que todas las instituciones garantizará su salvaguarda. E incluso se concede al Rey y al Ejército la facultad de erradicar cualquier intento de vulnerar la Constitución, o sea el capitalismo consagrado. ¿Desconocía esto el PCA? ¿Desconoce también que las estructuras económicas burguesas, legitimadas y protegidas por la Constitución genera desigualdad, corrupción, tropelías de los que detentan los medios de producción contra los asalariados?  ¿Desconoce el PCA que a unas determinadas estructuras económicas (economía de mercado) corresponde un tramado ideológico, político y jurídico que la legitima? No, no lo desconoce y como todo traidor, procura mediante subterfugios salir impune de su crimen. La Constitución que fue creada para frenar el desarrollo in crescendo del movimiento obrero de los años 70 y para perpetuar el sistema capitalista está cumpliendo con sus objetivos con toda perfección.

 

                Su autocrítica amparada en el alejamiento del movimiento obrero es tan falsa como tramposa. Las autocríticas para adquirir rigor han de ir acompañadas del llamado propósito de enmienda o lo que es lo mismo con una propuesta táctica que tenga por objeto enterrar la anterior trayectoria de bandazos reformistas y de dobleces traicioneras.  Pero ni en el terreno de la Constitución como en el área del movimiento obrero existen cambios ostensibles de conductas, de tácticas, todo en el PCA y en las JCA permanece inalterable, es pues, el clásico juego del pequeño burgués de hablar según su estado de ánimo, sin convicción y a sabiendas de que atrapado por sus dolencias no puede ofrecer otra osa que mezquindad. La 3ª Republica para que nada cambie e IU para continuar como hasta ahora, son sus respuestas a sus fingidas autocríticas.

 

                Poco han tardado en olvidar sus  propios reproches. La crisis, para el pequeño burgués es un instrumento que por sí solo puede modificar el estado de cosas. Piensa que el pueblo va a sancionar negativamente en las próximas elecciones a los grandes partidos y por consiguiente, ellos van a ser el refugio de ese malestar. La crisis para el PCA es la fuente de votos segura en la que puede recuperar su credibilidad perdida ¿Para qué entonces necesita del movimiento obrero en el que no cree, si su objetivo es hallar la cantera de votos que le proporciona la crisis y además sin ningún esfuerzo?

 

                De nuevo todo lo peor del reformismo se manifiesta espontáneamente, brota impetuosa desde sus entrañas sustantivando sus señas de identidad. Su acercamiento a la ACDT estuvo motivado por su necesidad de interceptar un movimiento que desde el corazón del pueblo trabajador le cuestiona su existencia. Su única misión era pescar para sus redes y convertir la ACDT en un apéndice de la inefable IU.  IU es una organización interclasista, es evidente que en ella existen elementos obreros, pero no la clase obrera como tal. La Asamblea de Comités, Delegados y Trabajadores, sí que es y puede representar a la clase obrera. Que la ACDT tome cuerpo es un peligro insalvable para el reformismo.

 

                Solo así se comprende que el Comité Provincial del PCA-JCA haya dado marcha atrás en su compromiso primero de trabaja en la ACDT para su desarrollo, y solo así se comprende también, que sus militantes una vez introducidos en la red de adscritos a la ACDT  no hayan aparecido por un solo equipo de trabajo y se hayan dedicado ocultos en la maleza de la red a  intentar por medios anticomunistas a arrastrar a la ACDT a los actos que convocaban IU y el PCA, con un descaro y desprecio que orilla en la indecencia política.

 

                Por su lado, el sector crítico de CC.OO. es un movimiento sindical heterogéneo, de ahí que encontremos diferentes posiciones en relación con la ACDT. La falta de un análisis dialéctico de la situación actual del movimiento obrero les conduce a severas contradicciones. En el fondo, en sus mentes ha prendido el método burgués de análisis que les ha imbuido en un mundo cerrado con unos objetivos indefinidos que les impregnan de un sectarismo peligroso. No ven más allá de CC.OO. aunque se consideran de clase.  Vulneran los Estatutos del sindicato cuando es su carta de presentación en su lucha contra el oficialismo, por ejemplo, los Estatutos propugnan que los militantes estén presentes en todos los procesos de unidad de la clase obrera dentro y fuera del sindicato. Se cierra al exterior, cuando pretendidamente aspiran a un sindicato asambleario y abierto a todos. Su combate particular contra el oficialismo le constriñe en un círculo vicioso del que no pueden escapar. Solo esperan pacientes que cada cuatro años puedan avanzar en la correlación de fuerzas en las elecciones congresuales. Es decir, no posee una visión universal del movimiento obrero español, ni por supuesto una salida para éste en su conjunto.

 

                Dependiendo de la confesión política de sus “afiliados”, estos muestran su talante frente a la ACDT, pero en principio al igual que PCA-IU, CC.OO y UGT, estiman que la ACDT les niega la razón de ser, por ese motivo, se verifica un rechazo impulsivo en primera instancia.  No obstante y debido a su heterogeneidad (en la ACDT existen comités y compañeros del sector crítico) no puede globalizarse nuestra critica hacia ellos como obstaculizadores de la ACDT. Debemos tener un trato distinto con ellos al de las organizaciones traidoras, pero a la vez estamos obligados a señalar con el dedo a los individuos perturbadores.

               

                El sector oficial de CC.OO.  y el aparato de UGT, son fieles a sus destinos pergeñados por el estado y la patronal. Sus impedimentos comenzaron desde el mismo instante en que inició  su andadura la ACDT. Representan lo más nocivo del movimiento obrero, pero también, sus carencias ideológicas y políticas les hacer ser menos “obstaculizadores” por ahora que los PCA, JCA, Corriente Roja, El Militante, porque no actúan desde dentro y por tanto se dedican a neutralizar la labor de la ACDT con los comités de su influencia, aunque, naturalmente, hay que esperar una reacción más agresiva y amplia cuando se percaten de la profundidad de la ACDT.

 

                Para ser objetivos, el oportunismo en su conjunto, representa un mínimo porcentaje de influencia en el movimiento obrero, en este caso sevillano. Centenares de empresas sin representación sindical y muchas más que escapan del influjo de los reformistas están esperando la llegada de la ACDT. En su mayoría son trabajadores desnortados, pero que como nos demuestran las experiencias en este corto espacio de tiempo, están dispuestos a escuchar, a aprender y a trabajar.