sábado, 13 de septiembre de 2008

¿Se equivocaron Marx y Lenin?

Estamos en crisis y es el momento de la reflexión y de la acción. Muchos argumentos detraídos de anteriores situaciones engañosas nos muestran su verdadera naturaleza, dejando en ridículo a quienes especulan en periodos circunstanciales para aventar aires reformistas, aunque, el oportunismo no tiene frenos cualquiera que sea la coyuntura. Pero tampoco se trata de aprovechar las injusticas sociales que produce la crisis para escorarse al extremo absoluto hasta las lindes de lo acientífico; si bien, no cabe duda de que es buena ocasión para centrar los problemas y las tácticas.

 

Tal vez sea preciso recordar proposiciones oportunistas que una y otra vez, de forma machacona reaparecen cuando le son propicias las condiciones, pese a que se manifiesten de formas diversas. Por ejemplo, Carrillo en el 1974 sustentaba su “Eurocomunismo” afirmando que la burguesía europea se había ganado su lugar por democrática y pacífica. También Marchais, Secretario General del Partido Comunista Francés, al ser preguntado sobre el abandono de su partido del principio de la dictadura del proletariado, respondió irónicamente: ¡estamos en el 1976! Ambos líderes coinciden pues en lo esencial, la sociedad burguesa se ha modernizado y ha atenuado por tanto su explotación sobre los trabajadores y el pueblo en general. Es decir Marx se equivocó. Y aunque no lo denunciaran de un modo descarado sí que lo hacían tácitamente.

 

¿Acaso no van al mismo lugar que los críticos burgueses? En el blog de Juan Ramón Rallo, Director del Observatorio de Coyuntura Económica, se nos dice: Es esta profecía la que explica el obstinado fanatismo de numerosas facciones comunistas y socialistas de nuestra época. Marx intentó demostrar este dogma cardinal de su credo por su famoso pronóstico de que el capitalismo genera necesariamente un inevitable y progresivo empobrecimiento de las masas de trabajadores”.  En los mismos términos se pronunciaba Luis Racionero, Director de la Biblioteca Nacional: “…el proletariado industrial será cada vez más pobre. En realidad se ha vuelto más rico, menos numeroso, con menos conciencia de clase y menos revolucionario”.

 

En la actualidad, se observa un cambio en el método, sin embargo el fondo continúa siendo el mismo el enriquecimiento del obrero.  Francisco Umpiérrez Sánchez, pretende darnos clases: “Estas vanguardias siguen pensando en un socialismo pobre y, en consecuencia, en una clase trabajadora pobre. Para ellas obreros ricos y cultos es sinónimo de aburguesamiento. Pero esta forma de pensar representa hoy día un enorme atraso: hay que pensar en un socialismo rico y en una clase trabajadora rica y culta. Sólo si estas vanguardias acomodan su representación al mundo realmente existente, a los trabajadores realmente existentes, la revolución socialista en Europa podrá ir dando pasos firmes en el desarrollo de las condiciones subjetivas” Tanto hoy como ayer, renegados y apologistas burgueses buscan asiento de sus afirmaciones en el pretendido error de Marx, parecen concluir que ¡si Marx se equivocó ya no tengo ninguna “obligación” de ser marxista, nadie podrá reprochármelo! Tal cual le ocurrió a Castoriadis, primero miembro del Partido Comunista Francés, mas tarde trotskista, fundador de la revista “Socialismo o Barbarie” hasta que abjuró de Marx: Marx se equivocó en sus vaticinios sobre la economía capitalista.. El quiso ser el Newton de la economía capitalista: establecer leyes inmutables. Pero fue desmentido por la realidad. El problema es entender por qué y en qué se equivocó. Mi opinión es que había un error de origen que consistía en creer que el capitalismo engendraría cada vez ´más miseria. No hubo tal pauperización, paradójicamente, porque los obreros resistieron, lucharon y pudieron arrancar mejoras casi equivalentes al aumento del nivel de productividad”

 

Como veremos ahora,  unos y otros que sueñan con ser originales en sus apreciaciones a un lado y otro de la barricada, pierden sus respectivas partidas. Ni son extraños entre sí, ni sus singularidades pasan de la mera intención de ser el mejor y mas fiel interprete de la filosofía burguesa contemporánea, que viene a inculcarnos que no constituye “explotación” el hecho de que una persona se beneficie empleando a otros, si esto sirve para beneficiar a los menos favorecidos, en definitiva el burgués busca la felicidad del obrero (teoría de Rawls, teórico de la igualdad  liberal)

 

Si conjuntásemos y ordenásemos adecuadamente las ideas de nuestros teóricos de izquierdas y de derechas obtendríamos lo siguiente:

 

El obrero se ha enriquecido (Racionero, blog de Rallo y Umpiérrez) llegando a ganar casi el equivalente a su productividad (Castoriadis) Por consiguiente, la burguesía civilizada y pacífica se ha impuesto en Europa por democrática (Carrillo) y en estas condiciones modernas es ridículo imponer la dictadura del proletariado (Marchais) Así pues la explotación no existe, por el contrario el burgués procura la felicidad del obrero (Rawls –filosofía política contemporánea)

 

De lo que se desprende: la revolución socialista fue un hecho fortuito que Lenin aprovechó criminalmente por unas determinadas circunstancias, que nunca más se dará en el capitalismo, cuales son: la pervivencia de restos feudalista (existencia de la burguesía terrateniente), los nacionalismos y la situación de pauperización de los obreros. Estado político social que la burguesía no quiso solucionar democráticamente una vez culminada su revolución,  lo que convertía a Rusia en uno de los eslabones capitalistas más débiles de la cadena imperialista.

 

Ni Franco, ni Pinochet, ni el mismo Aznar hubiesen podido aducir mejores razonamientos para defender al capitalismo. ¿Acaso esa misma burguesía europea, democrática en su continente, según Carrillo y Marchais, no era la misma que sobre los principios de la sangre y la muerte subyugaba a inmensos países de todos los continentes? ¿Por qué ambos líderes no le preguntaron a los trabajadores argelinos, por ejemplo, qué opinión les merecían la burguesía francesa? ¿No confunde Rawls el sentimiento de felicidad del obrero con su desconcienciación? La burguesía está desempeñando su papel, el que debe como clase explotadora, pero que Carrillo, Marchais, Umpiérrez y Castoriadis puedan ser confundidos como apologistas burgueses, es el colmo de la burda traición. ¿Se ha enriquecido el obrero? ¿Se lleva el trabajador casi el equivalente a su productividad? ¿Intenta Castoriadis, hacernos ver que el pase de un tornero desde el torno manual al del control numérico, multiplicando por mil su productividad, le supone a éste recibir el equivalente al aumento de esa productividad? No olvidemos nunca que sobre estos cimientos se yerguen y seguirán alzándose las futuras teorías revisionistas (socialismo del siglo XXI…)

 

Desde hace cuarenta años la izquierda reformista vulgariza el marxismo con fines oportunistas. La teoría marxista contempla la revolución como el fruto del choque contradictorio entre el desarrollo de las fuerzas productivas (medios de producción mas fuerza de trabajo) y las relaciones de producción (fundamentalmente la forma de distribución de la riqueza). Los oportunistas admiten lógicamente el desarrollo de esas fuerzas productivas pero con fines adversos a la revolución, para negarla precisamente.

 

Sobrarían razones al decir que esos obreros “ricos” en los que se fijan nuestros teóricos como rasero para medir la situación de la clase obrera, apenas si comprenden una docena de países en todo el mundo, pero además esa situación de privilegio, esas migajas de pan que recibe el proletariado, por ejemplo, el europeo es la consecuencia de la expoliación irracional y criminal de las riquezas autóctonas de los demás países del orbe capitalista cuyos pueblos están siendo sometidos a ignominiosas condiciones infrahumanas ¡vergüenzas deberían embargar a nuestros teóricos! Pero nada les importan salvo “alumbrar” un subterfugio con el que alimentar sus traiciones porque en verdad los renegados no conocen el término honradez.

 

Pues, a pesar de todo y echando mano de los datos oficiales, Marx llevaba razón, el peso de los sueldos en el PIB de la UE cae del 70% al 58% en 30 años. Ciñéndonos a nuestro país las hipotecas han evolucionado desde hace 40 años en el sentido de que para adquirir una vivienda, se han pasado sucesivamente de 5 años a 9 años, después a 13 años, para llegar actualmente a los 30 e incluso más años para satisfacer la hipoteca etc. etc. Es decir, lo que nuestros teóricos ocultaban y ocultan es que el grado de explotación del obrero se ha ido multiplicando paulatinamente, el obrero no solo vende su fuerza de trabajo en el momento en que la está empleando, sino que ya se ha vendido así mismo al capitalismo para el resto de su vida, cada vez tiene menos capacidad para buscar al que mejor le pague su fuerza de trabajo, porque ya no le pertenece, ahora procura que no le falte el explotador cualquiera que sea su salario, con lo que ello conlleva, sumisión absoluta con tal de no perder su puesto de trabajo, pues sería su muerte. El despido es el certificado que el sistema burgués otorga al obrero a través del cual le recuerda que nada de lo que tiene le pertenece. Al abrigo del temor al despido se cobijan las mas execrables conductas de los obreros: la competencia entre ellos, la insolidaridad, la inmoralidad… Se podría afirmar que cuanto más “objetos” obtenga el obrero en el capitalismo tanto más se acerca a la esclavitud plena.

 

El capitalismo actual ha deshumanizado al obrero hasta el extremo de que éste camina por derroteros amorales. Como quiera que todo es ficticio, es decir, que las adquisiciones que efectúan las clases trabajadoras no se corresponden con su verdadero poder adquisitivo y como quiera también, que el consumo es una enredadera que le atrapa y de la que no puede salir, el obrero, una vez que ha vendido su vida se ve “obligado” a vender a sus hijos al capitalista. Mas de diez mil operaciones se han realizado ya en la que los trabajadores de determinadas edades han tenido que reunificar sus préstamos alargando sus plazos de vencimientos con el fin de abaratar las cuotas y poderlas abonar. Pero al serles negadas las dilataciones de sus préstamos hipotecarios por haber sobrepasado las edades que les permitan afrontarlas laboralmente activos, han decidido que sean sus hijos los que afronten con sus nombres la nueva hipoteca. Actualmente el burgués financiero tiene sobre la mesa de negociación los papeles de compra de los hijos de los obreros, pues como sucede ya en otros estados “superdesarrollados” las hipotecas contemplan el pase a los herederos, por ahora la crisis ha frenado el proceso, pero si se pretende recuperar los años dorados de “bienestar social” el obrero tendrá que esclavizar a su descendencia. NO EXISTE OTRA MANERA EN EL CAPITALISMO DE QUE EL OBRERO DE LOS PAISES DESAROLLADOS“AVANCEN”.

 

Pero si los ideólogos de la derecha y de la “izquierda” mienten en cuanto a los errores de Marx, la mentira continúa subyacente en las conclusiones que se desprenden de sus tesis, por ejemplo, es falso, que no se den mas las condiciones que se reunieron en  Rusia y que fueron las que determinaron la Revolución Socialista. En el estado español en mayor o menor grado se dan todos los elementos que destacaron en la Rusia pre revolucionaria y aún más.

 

Tanto en Andalucía como en  Extremadura principalmente, los vestigios feudalista son enormes y vergonzosos para el ser humano, la clase terrateniente aunque burguesa también domina el agro, su comercialización e incide en la vida de los pueblos y además se permite el lujo de dedicar grandes extensiones de tierra a cotos privados de caza, mientras Andalucía, por ejemplo, sostiene las cotas mas altas de las ignominias sociales. El derecho a la autodeterminación de los pueblos es proscrito y represaliado  con la falsa excusa del terrorismo, se castigan las ideas sin delitos de sangre (militantes PCEr-HB) Como hemos visto la crisis nos muestra el grado superlativo de explotación del obrero y de su descendencia y como colofón se sostiene una corona anacrónica que constituye la antítesis de la teoría de la democracia “burguesa”. Un Jefe del Estado eterno es sinónimo de dictadura a decir de los puritanos democráticos-burgueses.

 

La burguesía española en su proceso de “revolución democrática” a través de mas un siglo y medio ha ido arrinconando situaciones graves sin resolver. En la actualidad y dado la influencia de los herederos del franquismo la nueva “democracia” burguesa continúa la postergación. Ni siquiera el PSOE ha tenido el valor de encarar tales problemas, por el contrario, este partido se ha plegado total y deshonrosamente a los dictados del gran capital y de la derecha política más reaccionaria.

 

Pero ni el tiempo, ni las mentiras son capaces de ocultar que nuestra sociedad está desajustada y por consiguiente hay que ajustarla, pero su arreglo ya no puede venir desde dentro del sistema burgués imperante. Por este motivo, es un camelo la pretensión de los abanderados de la III República, que incomprensiblemente pretenden repetir los mismos capítulos históricos que nos ha traído hasta el lugar en el que nos encontramos. Nunca podremos olvidar que la situación que sufrimos es la consecuencia de traiciones históricas en cadena, sin embargo la mas aberrante la cometieron el PSOE y el PCE avalando la vuelta atrás, hacia la monarquía y la iniciación de un proceso de recomposición de las fuerzas franquistas hoy ocultas bajo el manto de la “democracia burguesa”.

 

Los desajustes evidencian que nuestro país es un polvorín por explotar, basta con colocar las piezas en su lugar exacto para que corra la pólvora y estalle la trilita. La clase obrera, los braceros, los pequeños campesinos y la izquierda nacionalista tienen que unir sus esfuerzos si verdaderamente desean resolver sus graves problemas, que el capitalismo renuncia atajar.

 

Alcanzar la unidad, significa que la izquierda nacionalista emprenda el camino de la lucha política de masas, que los braceros desatiendan las denigrantes migajas de pan que les hecha el capitalismo, que sus sindicatos y organizaciones políticas se planteen de verdad el camino de la reforma agraria y abandonen la senda del reformismo (CUT) y que los trabajadores construyan la unidad para convertirse dada su fuerza, su capacidad organizativa y su incidencia en la creación de las riquezas sociales, en el dirigente de las luchas que sin duda han de venir.

 

El PCOE al objeto de que el proceso de lucha se acelere, apuesta por la unidad de los obreros de la ciudad y del campo a través de las asambleas de Comités y delegados de empresa concretadas en un programa político capaz de aglutinar a todos los desatendidos (nacionalismo-campo) Como decía Lenin la unidad obrero campesina continua en vigor.

 

A construir la unidad de los trabajadores como condición principal de la táctica contra el capitalismo monopolista de Estado se empeña el PCOE y cueste lo cueste no desdeñará tiempo ni sacrificio para que las asambleas de comités y delegados de empresas sea un éxito.

 

 

PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL